Francisco de Quevedo (1580-1645)
Miré los muros
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,Salíme al campo: vi que el sol bebía
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Soneto (dos cuartetos y dos tercetos). Versos endecasílabos (Arte Mayor). Rima perfecta: ABBA ABBA CDE CDE
Hace mucho, mucho tiempo, leí un comentario de este poema, absolutamente disímil de los que encuentro ahora en Internet. Y me parece más propio el antiguo y equivocado el actual. Este último dice que el poema se refiere a la decadencia de España. ¿Cómo puede ser verdad, si el imperio español aún se expandía a comienzos del 1600, época en que cició el joven Francisco? El comentario anterior me parece más propio, pues siendo barroco, el uso de la metáfora es más fuerte, pronunciado. Miré los muros de la patria mía (¡mis piernas!) ... que con sombras hurtó su luz al día (¡cada día veo menos, tengo que tener anteojos, mis quevedos como llegaron a denominarse!) mi báculo más corvo y menos fuerte (¡mi espalda, mi columna vertebral!) ... Vencida de la edad sentí mi espada (¡mi brazo!)
ResponderEliminarMe convence el comentario antiguo. El actual predomina en los comentarios de habla inglesa que están cojntaminados afectivamente, con chauvinismo, y que no por nada se enfrentaron política y bélicamente con España cuyos reyes sucesivamente se embelesaron en su propia contemplación, pero eso ya en el siglo XVIII y XIX culminando con la pérdida de Cuba y de Filipinas en la guerra con el nuevo imperio norteamericano al que en un comienzo despreciaron.
Disculpas, fe de erratas. Dice cició, debe decir vivió; dice cojntaminados, debe decir contaminados. Y me faltó una metáfora de importancia central: Entré en mi casa, (mi casa es mi cuerpo) vi que de amancillada habitación era despojos (es lo que queda, ya no tiene la fuerza ni el vigor de la juventud)
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